La realidad aumentada añade elementos digitales sobre la cámara de un smartphone, lo que crea la ilusión de que el contenido holográfico es parte del mundo físico que te rodea. Al contrario que con la realidad virtual, no te ves inmerso en un medio completamente artificial. La realidad aumentada altera ligeramente el mundo que te rodea al añadirle objetos, sonidos, vídeos y gráficos en 3D.
La realidad aumentada puede aplicarse de diferentes formas, así que puedes usarla para hacer que tu cara parezca la de un gatito adorable o buscar direcciones en centros comerciales. La realidad aumentada te permite ver cómo te quedan unas gafas de manera virtual o probar electrodomésticos sobre la mesa de tu casa. Este tipo de apps deben diferenciar entre el mundo físico y el digital para situar los objetos en la zona correcta. Lo que hace esto posible es el uso de algoritmos de visión artificial que proporcionan a las aplicaciones móviles una comprensión de las imágenes o vídeos digitales a un alto nivel.
La globalización y los avances más recientes han hecho que la realidad aumentada sea accesible para el usuario común. Los móviles son los dispositivos que más disponibles están y que mejor se adaptan a las apps de realidad aumentada. Puedes optar por dispositivos especiales como los de proyección elevada de información (HUD) o Smart glasses.
¿Cómo funciona la realidad aumentada?
Para enseñar contenido relevante al usuario, la realidad aumentada usa la visión artificial, la localización simultánea, el mapeo y el Depth tracking (datos del sensor que calculan la distancia entre objetos). Esto permite que las cámaras recojan, envíen y procesen datos para mostrar contenido digital que sea relevante para aquello a lo que el usuario está mirando.
Por ejemplo, imagina que estás usando navegación por realidad aumentada. Primero, la visión artificial procesa la ubicación y los objetos capturados por la cámara y lo reconoce. Después, el programa pone etiquetas sobre la superficie. Este proceso ocurre cada vez que el usuario apunta la cámara del móvil a una ubicación que se haya mapeado antes. Este tipo de realidad aumentada es sin marcador.
Otro ejemplo es un partido de fútbol. La app reconoce el pie de una persona, al establecer una huella virtual en el pie y sus movimientos, para que el usuario pueda chutar el balón virtual en la cancha de la pantalla, y “recuerda” el pie del jugador para guardar las puntuaciones en cada sesión. Gracias a la función de reconocimiento de objetos, el pie del usuario puede detectarse, lo que permite que el programa identifique a cada jugador y ofrezca una nueva partida para otro usuario.
¿Por qué la realidad aumentada necesita visión artificial?
Para que la realidad aumentada empiece a funcionar, las cámaras deben ver cosas y tener la suficiente capacidad para descifrar lo que ven y categorizarlo.
Todo el proceso por el que el ordenador ve el mundo real incluye que la máquina represente colores por números, que identifique un grupo de colores similares y después segmente la imagen, que busque líneas que converjan en los ángulos del objeto y que cubra una parte específica de la imagen, que encuentre texturas y que asocie la imagen a aquellas que están presentes en su base de datos.
La realidad aumentada necesita discernir los objetos que rodean al usuario, su semántica y su geometría 3D. La semántica reconoce al objeto, mientras que la geometría averigua dónde se sitúa.
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